La famosa crisis de los 27
Llevo con esta crisis existencial ya casi 2 años y no ha sido hasta hará un par de meses que me di cuenta de hacia dónde te lleva la crisis de esta etapa, hacia el egoísmo, a no hacer el más mínimo esfuerzo por mantener a los amigos cerca porque ya todos tenemos nuestra vida montada y bastante llena, y para qué intentar hacer un hueco para ver a alguien si hace frío y no apetece salir de casa, o si hoy quería ir a dormir pronto...
Luego hay dos formas de tomáraselo, por lo que he visto. Hay quién cree que la amistad es eterna y da igual que pasen meses sin hablar porque a una de las partes no le ha apetecido buscar un momento para hacer algo juntos y charlar de la vida de cada uno, porque siguen siendo los mejores amigos del mundo. Igual piensan esto porque no han encontrado otro mejor, no lo sé. Con ese ánimo de hacer planes no sé si lo van a encontrar.
Luego están los que no son tan ingenuos como para pensar esto pero asumen los daños colaterales: son inevitables al madurar. Y sí, puede que lo sean, pero es distinto que la vida te separe de alguien a que te separes tú porque te da la gana, eso sería en tal caso fuego amigo.
Y mientras tanto yo sigo con mi crisis, no sé si porque me he resistido a asumir que esa gente ya no son mis amigos o porque lucho contra ese egoísmo que la acompaña y por eso no puedo cerrarla.
Eso sí, desde hace poco ya no puedo mirar hacia otro lado y buscar excusas para llamar de otra forma a este egoísmo, y desde entonces siento el final muy cerca. A la llegada de esta primavera mi crisis no sobrevive.
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