Carta al obispo de Alcalá
Carta al obispo de Alcalá:
Muy señor mío,
yo también le quiero contar mi vida porque yo también he vivido un infierno del que he podido salir.
De más joven, por las noches, yo tampoco podía dormir por el sentimiento de culpa que me atenazaba, y los días, me los pasaba atemorizada por si lo que estaba pensando en esos momentos era pecado.
Tenía días mejores, alguno casi ni me acordaba, pero poco después volvía al sentimiento de culpa y a odiarme por mis pensamientos impuros.
La parte buena es que puedo decir que ya he salido de ahí. Cierto es que de vez en cuando me vuelvo a acordar, pero tras mi cambio ya sólo me avergüenzo de haber pensado y sentido esas cosas, de haber creído a esa parte de la sociedad que está tan enferma, que sólo sabe hablar de enfermedades, infiernos y odios. Y les compadezco por ello y porque no quieren ver que otra vida es posible, una vida en equilibrio y en paz, queriéndose uno mismo y aceptando a los demás.
Así que me encantaría que publicase también esta experiencia mía, que estoy segura de que también comparte mucha otra gente, y es que me parece muy fácil de comprender que desde que abandoné el catolicismo soy una persona mucho más feliz y completa.
El ser gay o no, nunca me ha dado ningún problema.